"Déjame en mi locura, y deja que mi locura me haga perderme en el gusto de admirarte y disfrutarte aun en la distancia que nos separa."
I
Recuerdo las noches posteriores a esta, las atesoraba cual joyas de tiempo se tratasen; sus labios, su piel, su caricia, su aliento frente al mío, su danzante lengua perdiéndose entre las percusiones de dos corazones latentes, también los recuerdos de palabras escritas en juguetones diálogos y voces articuladas con su tierna voz que dentro del templo de mi mente también hacían eco. Estaba perdiéndome sonriente entre su ausencia y su recuerdo, entre su risa y sus caricias tersas y sus ojos a medio cerrar por la tranquilidad de aquellas escenas. Si, me perdía en un mar hecho de nosotros.
Entonces yo aquí, perdido en la oscura vileza de la ciudad solamente acariciado por unas escasas estrellas que daban un pequeño aspecto de ternura sublime a aquel paraje muerto e inerte, ahí, la vi caminar. La vi caminar como ver a un espectro en medio de un fantasmal abismo de niebla, pero la vi tan claramente que pensé haber sido engañado por sus recuerdos que estaban latentes como anhelos. Deseaba saciarme al beber de su aliento, al beber de su boca el dulce néctar de su esencia; pero no era una ilusión, ella caminaba sola en aquel camino negro cubierto de agua y silencio. Que hacías ahí amada mía?
Baje de entre las sombras y camine tras de ella, preguntándome que hacia aquella tierna criatura entre la oscuridad y el silencio de aquella vil ciudad que guardaba los tormentos que ahogaban a tantos, aquellos tormentos que yo una vez sufrí y a los que hoy soy un tanto inmune; me preocupe, no lo negare y eso solo apresuro mi paso. Paso tras paso, poco a poco en silencio andar me fui acercando a su silueta, si, esa silueta que se aferraba a perderse tras aquel camino, mi miedo a perderla bajo la muerte en vida quiso estrujar mi corazón pero tan pronto como la ansiedad trato de tomar mi calma, alcance la delicada mano, la mano de aquella dama a la que tanto había estado pensando, la mujer que tanto había anhelado ver en ese momento.
La tome de la mano y pronto me aferre a ella en aquel camino siniestro, puse su cabeza al lado de mi corazón y pronto busque su rostro el cual entre lagrimas y sonrisas se desplomaba entre miedos y ansiedades; me destrozo el alma. No soportaba verla así, pero sabía que al igual que yo, ella tenía que pasar ese dolor que quizás ya había estado filtrándose en ella, envenenándola mientras ella luchaba con eso para extraer aquello que a ella misma le desagradaba.
Yo veía sus ojos, yo sentía su alma, la tome entre mis brazos y le abrace, ella me abrazo. Tan pronto hice que ella rompiese aquel dolor en aquel camino negro de aquella ciudad de ansiedades abisales tome mi motocicleta y salimos de ahí, aunque parecía que nunca pudiéramos encontrar una salida, aquella niebla se había aferrado a ella y no quería dejarla ir o era ella la que se había acostumbrado y tenia temor de lo que hubiera tras esa cortina atroz. Como un depredador gigantesco iba a por nosotros, acelere llevándola y perdiéndonos en el tiempo hacia dentro de un bosque casi mágico lleno de neblina una neblina muy distinta a la que habíamos dejado atrás, llena de paz, libertad y una calma tan suave como la seda en la piel.
II
Dentro de aquel lugar coronado por una Luna que se bestia de misticismo, bajamos del transporte en un claro Oh! bosque perdido. Yo la entendía más de lo que ella creía; sentía más de ella que lo que ella se imaginaba, yo sabia y conocía tanto de lo que ella pasaba pues yo ya lo había vivido cuando aún era humano, y yo no quería verla caer en aquel infierno en el cual tan crudamente casi moría solo en una cruel agonía que arrebato tanto de mi; aunque si, de el saque la mayor parte de mi fortaleza, lo que ella no sabía era que yo le estaba preparando para una de las batallas más grandes que enfrentaría, que no llegaría al infierno tan desnudamente como yo llegue y que no quería dejarla sola en aquel camino que ella recorrería sin duda pues por amor a ella yo no podía hacer más que acompañarla.
La tome de la mano bajo aquel paraje rodeado de arboles iluminados por el sublime astro en su cenit, y con mi mano toque su pálido y bello rostro. Ella me vio, su corazón aceleraba los torrentes de su sangre y le bese, fuimos uno en aquel templo antiguo; y ahí en esa escena de dos cuerpos desnudos nos perdimos en el tiempo
Nuestras almas se fundieron y comprendí que su esencia tenía un valor singular para mí. Aquella pequeña y tierna mortal que moría poco a poco bajo los venenos que se habían filtrado en ella, venenos que ella silenciosa trataba de ocultar, venenos que ella misma deseaba eliminar de sí misma, pero que no quería que yo viera. Oh! mi pobre bella ingenua, en serio deseas engañar a un demonio?
III
Tome mi mano con mis fauces, y entre mis afilados caninos cayeron 3 gotas de sangre que se deslizaban por mi herida, tome su rostro tiernamente y le dije que bebiera de mi sangre, pero ella con miedo se negó. Yo con ternura sonreí comprendiéndola. Así tome su rostro con ambas manos y le acerque a mis labios y en su oídos le susurre:
-Tienes miedo que te vea desnuda en las sombras? Confías en mi amada mía? Yo que he visto tu ser, y conozco tu tormento. Saca el veneno toma de mi y veras lo que tus ojos hoy no ven. Confías en mi mon cherie? -le dije. Ella se quedo fría, yo mordí mi lengua y vi el rostro de aquella bella dama que había asesinado mi soledad con la sutileza mas oscura. Incline su cuerpo hacia atrás mientras su mirada no se apartaba de la mía; ella me veía los labios y antes de que su cabeza tocara el suelo la tome en mis brazos y deje que las gotas de mi sangre se deslizaren entre mi beso. Pronto pasaron a su garganta y con pasión nos besamos hasta que mi sangre se esparció en su ser. Ella me miro, y como un dueto nuestras miradas se encontraron en una sinfonía sin sonido. Quizás ella entendió mis intenciones, que antes no había podido ver.
Yo le vi más profundamente hoy, y sabía que era lo que su alma callaba, quizás ella no sabía mucho de mí, quizás no se daba cuenta que lo que estaba frente a ella era todo menos un humano; me acerque a ella y le dije:
-Oh amor mío, si pudieras ver lo que guarda mi alma, si pudieras ver completamente lo que soy quizás no temerías, quizás no dudarías y estarías más tranquila. Pero que es lo que no te deja ver y vivir? Es acaso el veneno que te está matando poco a poco? Es acaso el miedo? Crees que no les conozco? Tendrás que curar tu ser. Ahora mírame mi dulce amor, debes morir en esta vida para poder vivir -le dije- La oscuridad está de nuestro lado y nos lleva por un camino que nos hace mejores seres luna tras luna. Dime amor mío, tomaras el regalo del don oscuro que de mi alma emana con el sentir de mil vidas humanas? . -Y ella me miro con sorpresa, no sé si con miedo o con una ligera calma; entonces le repetí.
-Confías en mi amada mía? -Y quizás entre su mirada y su aliento una duda surgió. Yo me acerque a su espalda y le abrace por su cintura y tomándole su mano bese su cuello, gotas de sangre caían de ella y le susurre de nuevo -Confías en mi amada mía? - Y ella me tomo la cabeza y sonrió mientras yo suavemente le dije con la voz más suave y sutil que tenia -El único precio que has de pagar es dejar este mundo atrás.
La noche nos envolvió en su eternidad, su rostro mostraba calma. Mi corazón solamente existía en la serena oscuridad de mi alma, que se fundía con aquella eternidad.
Angelo Nox V
(Sueño 23-24 /09/13)
I
Recuerdo las noches posteriores a esta, las atesoraba cual joyas de tiempo se tratasen; sus labios, su piel, su caricia, su aliento frente al mío, su danzante lengua perdiéndose entre las percusiones de dos corazones latentes, también los recuerdos de palabras escritas en juguetones diálogos y voces articuladas con su tierna voz que dentro del templo de mi mente también hacían eco. Estaba perdiéndome sonriente entre su ausencia y su recuerdo, entre su risa y sus caricias tersas y sus ojos a medio cerrar por la tranquilidad de aquellas escenas. Si, me perdía en un mar hecho de nosotros.
Entonces yo aquí, perdido en la oscura vileza de la ciudad solamente acariciado por unas escasas estrellas que daban un pequeño aspecto de ternura sublime a aquel paraje muerto e inerte, ahí, la vi caminar. La vi caminar como ver a un espectro en medio de un fantasmal abismo de niebla, pero la vi tan claramente que pensé haber sido engañado por sus recuerdos que estaban latentes como anhelos. Deseaba saciarme al beber de su aliento, al beber de su boca el dulce néctar de su esencia; pero no era una ilusión, ella caminaba sola en aquel camino negro cubierto de agua y silencio. Que hacías ahí amada mía?
Baje de entre las sombras y camine tras de ella, preguntándome que hacia aquella tierna criatura entre la oscuridad y el silencio de aquella vil ciudad que guardaba los tormentos que ahogaban a tantos, aquellos tormentos que yo una vez sufrí y a los que hoy soy un tanto inmune; me preocupe, no lo negare y eso solo apresuro mi paso. Paso tras paso, poco a poco en silencio andar me fui acercando a su silueta, si, esa silueta que se aferraba a perderse tras aquel camino, mi miedo a perderla bajo la muerte en vida quiso estrujar mi corazón pero tan pronto como la ansiedad trato de tomar mi calma, alcance la delicada mano, la mano de aquella dama a la que tanto había estado pensando, la mujer que tanto había anhelado ver en ese momento.
La tome de la mano y pronto me aferre a ella en aquel camino siniestro, puse su cabeza al lado de mi corazón y pronto busque su rostro el cual entre lagrimas y sonrisas se desplomaba entre miedos y ansiedades; me destrozo el alma. No soportaba verla así, pero sabía que al igual que yo, ella tenía que pasar ese dolor que quizás ya había estado filtrándose en ella, envenenándola mientras ella luchaba con eso para extraer aquello que a ella misma le desagradaba.
Yo veía sus ojos, yo sentía su alma, la tome entre mis brazos y le abrace, ella me abrazo. Tan pronto hice que ella rompiese aquel dolor en aquel camino negro de aquella ciudad de ansiedades abisales tome mi motocicleta y salimos de ahí, aunque parecía que nunca pudiéramos encontrar una salida, aquella niebla se había aferrado a ella y no quería dejarla ir o era ella la que se había acostumbrado y tenia temor de lo que hubiera tras esa cortina atroz. Como un depredador gigantesco iba a por nosotros, acelere llevándola y perdiéndonos en el tiempo hacia dentro de un bosque casi mágico lleno de neblina una neblina muy distinta a la que habíamos dejado atrás, llena de paz, libertad y una calma tan suave como la seda en la piel.
II
Dentro de aquel lugar coronado por una Luna que se bestia de misticismo, bajamos del transporte en un claro Oh! bosque perdido. Yo la entendía más de lo que ella creía; sentía más de ella que lo que ella se imaginaba, yo sabia y conocía tanto de lo que ella pasaba pues yo ya lo había vivido cuando aún era humano, y yo no quería verla caer en aquel infierno en el cual tan crudamente casi moría solo en una cruel agonía que arrebato tanto de mi; aunque si, de el saque la mayor parte de mi fortaleza, lo que ella no sabía era que yo le estaba preparando para una de las batallas más grandes que enfrentaría, que no llegaría al infierno tan desnudamente como yo llegue y que no quería dejarla sola en aquel camino que ella recorrería sin duda pues por amor a ella yo no podía hacer más que acompañarla.
La tome de la mano bajo aquel paraje rodeado de arboles iluminados por el sublime astro en su cenit, y con mi mano toque su pálido y bello rostro. Ella me vio, su corazón aceleraba los torrentes de su sangre y le bese, fuimos uno en aquel templo antiguo; y ahí en esa escena de dos cuerpos desnudos nos perdimos en el tiempo
Nuestras almas se fundieron y comprendí que su esencia tenía un valor singular para mí. Aquella pequeña y tierna mortal que moría poco a poco bajo los venenos que se habían filtrado en ella, venenos que ella silenciosa trataba de ocultar, venenos que ella misma deseaba eliminar de sí misma, pero que no quería que yo viera. Oh! mi pobre bella ingenua, en serio deseas engañar a un demonio?
III
Tome mi mano con mis fauces, y entre mis afilados caninos cayeron 3 gotas de sangre que se deslizaban por mi herida, tome su rostro tiernamente y le dije que bebiera de mi sangre, pero ella con miedo se negó. Yo con ternura sonreí comprendiéndola. Así tome su rostro con ambas manos y le acerque a mis labios y en su oídos le susurre:
-Tienes miedo que te vea desnuda en las sombras? Confías en mi amada mía? Yo que he visto tu ser, y conozco tu tormento. Saca el veneno toma de mi y veras lo que tus ojos hoy no ven. Confías en mi mon cherie? -le dije. Ella se quedo fría, yo mordí mi lengua y vi el rostro de aquella bella dama que había asesinado mi soledad con la sutileza mas oscura. Incline su cuerpo hacia atrás mientras su mirada no se apartaba de la mía; ella me veía los labios y antes de que su cabeza tocara el suelo la tome en mis brazos y deje que las gotas de mi sangre se deslizaren entre mi beso. Pronto pasaron a su garganta y con pasión nos besamos hasta que mi sangre se esparció en su ser. Ella me miro, y como un dueto nuestras miradas se encontraron en una sinfonía sin sonido. Quizás ella entendió mis intenciones, que antes no había podido ver.
Yo le vi más profundamente hoy, y sabía que era lo que su alma callaba, quizás ella no sabía mucho de mí, quizás no se daba cuenta que lo que estaba frente a ella era todo menos un humano; me acerque a ella y le dije:
-Oh amor mío, si pudieras ver lo que guarda mi alma, si pudieras ver completamente lo que soy quizás no temerías, quizás no dudarías y estarías más tranquila. Pero que es lo que no te deja ver y vivir? Es acaso el veneno que te está matando poco a poco? Es acaso el miedo? Crees que no les conozco? Tendrás que curar tu ser. Ahora mírame mi dulce amor, debes morir en esta vida para poder vivir -le dije- La oscuridad está de nuestro lado y nos lleva por un camino que nos hace mejores seres luna tras luna. Dime amor mío, tomaras el regalo del don oscuro que de mi alma emana con el sentir de mil vidas humanas? . -Y ella me miro con sorpresa, no sé si con miedo o con una ligera calma; entonces le repetí.
-Confías en mi amada mía? -Y quizás entre su mirada y su aliento una duda surgió. Yo me acerque a su espalda y le abrace por su cintura y tomándole su mano bese su cuello, gotas de sangre caían de ella y le susurre de nuevo -Confías en mi amada mía? - Y ella me tomo la cabeza y sonrió mientras yo suavemente le dije con la voz más suave y sutil que tenia -El único precio que has de pagar es dejar este mundo atrás.
La noche nos envolvió en su eternidad, su rostro mostraba calma. Mi corazón solamente existía en la serena oscuridad de mi alma, que se fundía con aquella eternidad.
Angelo Nox V
(Sueño 23-24 /09/13)