"En una fria Noche"

Entre una fría gota de agua y un pensamiento, me perdía en lo oscuro de la noche, paso tras paso; ecos de talones que percusiones eran para el canto de los grillos. Oscuros espectadores las siluetas dibujadas en aquel cielo casi rojizo que lloraba en esa noche, un leve soplo de viento animaba las casi mortuorias calles empapadas de deseos y nostalgias. Las lámparas cantaban sus serenatas a aquellas gotas que caían de las copas de los arboles, como saciado el bebedor de vino tirándole de ellas. Mi gabardina danzaba al compas de los fríos vientos, casi temblando la helada tela parecía. Mi corazón casi solidificado por la frialdad que había ganado, hizo simpatía con aquel frio del llanto de la noche, lluvias serenas que descendieron y dejaron una suave piel, humectada y tersa en la realidad sombría y solitaria aquella noche. 

Con el soprano canto del viento que acompañaba mi caminar,  algo violaba aquella tranquilidad, corrompía el silencio respetuoso que había en el concierto de los hijos de la noche. Vi a un gato mirarme, negro y profundo su pelaje; converso en silencio conmigo con su mirada y la mía penetrando nuestras almas, fundiéndose un diálogo sin palabras ni esperas, el parpadeo de una inquieta luz suicida de una lámpara citadina dejo que reanudara mi camino.  

Aquel sonido que antes escuche pronto se acercaba a mí, -que sería? - me preguntaba. -Acaso aquellos estúpidos paracitos que se alimentan de los demás me habrían encontrado en mi camino? O un alma tardía se perdió en la oscura escena mortecina de un vampiro?  Que habrá sido aquel sonido? – me preguntaba. Curiosa impaciencia me llenaba de ansias de encontrar a mi encuentro, danzaban mis células, mi sangre se agitaba con la adrenalina que invitaba a bailar a mi pulso, curiosidad era nada más.

Me seguía perdiendo en el olvido de la noche, mientras que el reloj marcaba con una escuadra medida las 9:00 pm, cuando note que mi reloj había pasado a mejor vida comparándole con la pantalla de un celular recién despertado por mi curiosa visita de la abnegada impaciencia. 

Las 12:00 am me susurraba mi mente, cuando empecé a escuchar aquel sonido que 30 minutos tenia de acompañar a mis oídos. –Acaso me estas siguiendo?- comente en voz baja – vamos maldito estúpido más vale que ataques pronto o te buscare entre mi vista y mi puño- pensé. Cuando el caminar de aquella imagen sonora se acercaba mas a mí, trate de seguir adelante ignorándole, puesto que demasiado me había seguido en la melodía de mis pisadas. Al llegar al punto de tratar de ignorarle vi aquel sonido con mis ojos, y con un nuevo sentido el ser misterioso dejaba su máscara de incógnita mostrándome bajo la luz mortecina de una lámpara, la cabellera larga y empapada de una silueta oscura y delgada q se confundía con las sombras del olvido con las que frecuentemente caminaba.

Se rompió el silencio con silencio, y la vi parada, aquella oscura silueta tenía un rostro, blanco, triste y hermoso. Vi como una gota de agua tomaba de la mano a una gota de sangre en su frente; y que hermoso contraste de su blanca frente con aquella línea de sangre. La mire y pronto rompió el silencio. -Oye, espera!- Le llame, hey chica espera. Dime estas bien? Que haces aquí tan noche? Es peligroso para ti andar sola a estas horas. -Le comente, y ella me miro. Y guardo su silencio con toda razón- Se que no me debe interesar que una chica como tú ande en esta noche tan solitaria afuera, y mucho menos cuando desconozco de ella todo acepto su belleza tan notoria. Pero me he percatado de tu sangre en la frente, y no es muy común ver eso. – Ella rompió su fría celda en su rostro con una sutil sonrisa, y con sus lacrimosos ojos me miro tan profundamente que no era necesario hablarme- Ahora dime chica, que te sucede? O si puedo ayudarte en algo, con gusto lo hare.- Le dije, y ella con una hermosa voz, tan seductora para mis sentidos me respondió:

- Gracias pero no puedes ayudarme.

-Como puedes saberlo? Si ni siquiera lo has comprobado- le respondí, Ella sonrió y me contesto.

- Pues mira caballero de la noche, discúlpame por no confiar, pero no he tenido una bella vida para seguir haciéndolo.

-Pues bien señorita, mis disculpas si te he molestado con mi intromisión pero no podía hacerme evasor cuando tus pasos los oía desde hace unos minutos tras de mí y segundo al verte, vi tu sangre saliendo de entre tus cabellos. Algo debe pasarte y es decisión tuya al final decirlo o no, confiar o no confiar es decisión de cada quien, tómala tu. – Le respondí.

-Eres muy lindo al preocuparte por mí, y creo que si me hubieras querido hacer daño, ya lo habrías hecho, discúlpame por atacarte de esta manera, he tenido una mala noche, me respondió con tristeza en sus sentidos. 

-Déjame limpiarte el rostro- Le dije- Y ella bajo su mirada, yo unos pocos segundos después  tome su fino mentón y se lo levante diciéndole. – No te preocupes dama oscura, estas a salvo conmigo, no te preocupes-  y con una caricia lenta  casi imperceptible alce su rostro a mi mirada, y di un beso a su sangre, que hermosa harmonía hacia en mis labios al saborear la vida de esa misteriosa mujer que yacía en mis manos en ese momento. Limpie pronto su herida con mi pulgar, para luego usar mis ropas para dejarle su rostro perfecto casi como una antigua escultura de mármol. 

Una mutua mirada indago en lo profundo de nuestros seres, y el silencio se apodero de aquella escena donde dos almas se perdieron en el tiempo. –Gracias…-  Fue lo que quebró aquel profundo y hermoso silencio.- Te quiero dar las gracias - me dijo con lagrimas en sus ojos contratadas con la seguridad que su alma mostraba. – No es nada Chica misteriosa. 

-Ahora que veo que tu alma es hermosa, puedo confiar en ti –Me respondió con una sonrisa tan delicada como el tono de una acuarela en un vaso de agua. – Yo me he escapado de mi casa, mis padres ya no están juntos desde hace mucho y mi madre vive con mi padrastro aunque ella nunca se ha tomado la molestia de tratar de entenderme. Ella se aleja tanto de mí, si es verdad que me da cosas pero su amor es algo que he dejado de sentir. Mi padrastro es un borracho, llega a casa y nos golpea, hoy llego a golpearnos mi madre se droga para evadir estas cosas, uno de sus amigos trato de tocarme, y rasgo mi ropa, por eso mi manga está rota, yo le golpee la garganta y le di una patada al cerdo estúpido ese, me trato de abrazar y le mordí dándole un golpe en la nariz, mi padrastro me golpeo tan fuerte, que me tiro al suelo. Pronto Salí corriendo y tome un abrigo y le golpee con una regla que tenía en la cara, corrí tanto que no note que había corrido ya bastante lejos de mi casa, solo traigo conmigo unas monedas que no alcanzan para comer nada, y unos pinceles manchados de tempera, que traía en mi abrigo. 

-No sabes que tan sola me he sentido todos estos años – Sus ojos se cristalizaban como el agua de un rio en un invierno tardío-  Sonriendo nada más para no llamar la atención o simplemente para que las bestias no comieran de una presa débil y cansada.

- Te entiendo mujer misteriosa, aunque en estos momentos ya no estás sola – Le conteste, ella sonrió y me respondió de pronto con una sonrisa.

-Es posible, ángel de la noche; pues eso pareces he he! pero tengo un nombre; me llamo Emily.

-Pues es un gusto Emily, hahaha! Aunque no creo ser un ángel –Le sonreí- mi nombre es Vincent.

Continuamos hablando unos minutos mas, y le extendí mi mano para levantarle del suelo – Emily vamos ven acompáñame a caminar. Y ella con una profunda mirada me analizo como un escáner, viendo cada gesto en mí, viendo cada detalle de mi rostro; nuevamente nuestras miradas se fundieron y nuestro tiempo se detuvo en la inmensidad de un universo alterno. Con una lentitud inhumana la figura hermosa y femenina de aquella sombra negra de cabellos enmarañados y suaves como la seda deshilada, se erguía del suelo tomada de mi mano, y frente a mí la mirada ininterrumpida siguió por eternos minutos. Hasta que una sonrisa acompañada de una lagrima tan dulce como el olor de la primera flor de la primavera escribió las primeras notas después del silencio.

Gracias Vincet, y discúlpame por  no ser tan fuerte.

-No Emily, eres fuerte, y el estar aquí conmigo lo demuestra- Pronto nuestros cuerpos se hicieron uno, dentro de un oscuro abrazo de dos almas cubiertas de sombras y mortecinas luces que adornaban aquellas calles olvidadas. Minutos pasaron hasta que empezamos a caminar.

Las arcanas estrellas nos acompañaban y adornaban nuestra escena, mientras los arboles se sacudían las aguas que los vestían, bailando y bailando en la noche. Ella comía lentamente mientras yo solo podía mirarla; si una embriagadora gota de su esencia me daba toda la tranquilidad que buscaba sin esperanzas esa misma noche. 

Las sombras empezaban a caer en nuestro sueño, una aurora pintaba los cielos negros con sus alas blancas al volar, y mientras le comente. –Emilie Se hace tarde y debemos descansar, ven conmigo y perdámonos en el olvido, seguiremos hasta mi hogar, ahí podrás descansar y tu pintura terminar, así tus pinceles ya no solos estarán y mis pinturas por fin con alguien soñarían-  Somos dos almas que perdidas se encontraron en el vacio de una noche sangrienta y misteriosa. En búsqueda del olvido y la soledad encontramos algo mas, que irónica la vida es verdad.

Ella me respondió con una calma sonrisa, como si su vida solución ya tenía, tal cual una agonizante alma viera la dulce muerte al final del alba. –Entonces perdámonos en esta oscura eternidad y que de esta noche la frialdad deje de en nuestros corazones estar. 

Nuestras siluetas unidad de los brazos se perdieron en la neblina de una madrugada, al amanecer de un día y la muerte de un antiguo vampiro. Para dar nueva vida a nuevas oscuras almas que disfruten sin temor la luz de los nuevos días. 

Por Angelo Nox V

(Selim Zablah)

 12 de mayo de 2011